lunes, 22 de julio de 2013

Día 14. Delhi


Por fin de vuelta al aeropuerto de Delhi. Hace ya casi 2 semanas que llegábamos aquí para empezar nuestro periplo por la India. Ahora, tras haber recibido unas buenas dosis de realidad india, sólo nos queda conocer la gran capital… ¡¡allá vamos!!

Primera toma de contacto: llegar a nuestro hotel (hotel Iris Park, zona de Green Park) parece una odisea.

Bien aconsejados, nada más recoger las maletas (llegaron rapidísimo como siempre, qué diferencia con la T4…), nos acercamos a la ventanilla de prepaid taxis, donde en función del destino se paga una cantidad (muy barata) evitándose así líos y regateos con taxistas. Hasta aquí todo perfecto. Con el ticket prepagado en mano nos subimos a un taxi destartalado conducido por un chófer que no hablaba ni papa de inglés y no parecía tener ni idea de dónde íbamos; es más, daba la impresión de que el dichoso taxista no sabía siquiera leer el papel con la dirección del hotel. Tras parar una decena de veces a preguntar a gente que tampoco nos entendía bien, decidimos llamar al hotel para que alguien le indicase. Por fin, tras muchas vueltas y revueltas, llegamos a nuestro hotel. Dada la hora que era, optamos (por primera vez en nuestra vida) por hacer uso del servicio de habitaciones y tomarnos unos sándwiches.

Ahora sí nos despertamos para conocer Delhi. Al tratarse de la capital de uno de los principales países emergentes, con sedes de compañías multinacionales, embajadas… esperábamos encontrar algo distinto a lo que habíamos conocido hasta el momento en India.

El metro no nos defraudó: un sistema de trenes modernos, con A/C, bien organizado y lleno de seguridad (muy superior a los estándares europeos, donde pasar todo por escáner y someterte a un ineludible cacheo es más propio de un aeropuerto; eso sí, lo del militar tras barricada de sacos y con fusil apuntando merece comentario aparte…).




Pero… ¡¡fue bonito mientras duró!! La salida de la estación de Chandni Bazar para conocer Old Delhi nos dejó de piedra unos segundos: parecía que habíamos vuelto a Mandawa, sólo que con mucha más gente y millones de cables por todos lados.

Old Delhi

En Old Delhi visitamos la mezquita Jama Masjid (la mayor de la India, recomendable) y dado que el Fuerte Rojo estaba cerrado por la fiesta nacional, dimos una pequeña vuelta por los bazares. 

Mezquita Jama Masjid

A medio camino paramos a ver el templo de los Sikhs, de impresionante cúpula dorada. La visita guiada por un miembro de esta religión fue interesante aunque nos obligó a romper nuestro estricto protocolo de higiene: después de habernos duchado con chanclas hasta en el Radisson, en este templo tuvimos que pasar completamente descalzos por una especie de lavapiés de mármol e incluso caminar por las cocinas, que no eran precisamente como las de El Bulli… Con Julito casi perdemos un cristiano ya que se imbuyó tanto de la cultura sikh que incluso probó unos dulces que preparaban. Eso sí como dice la sabia DGT “las imprudencias se pagan” y al día siguiente en el avión, nuestro miembro más veterano pagó las consecuencias…

Cocina Sikh

Mientras decidíamos dónde comer, sentimos por primera vez los efectos del monzón con un fortísimo chaparrón. Intentando huir del caos de Old Delhi, acabamos dirigiéndonos a Connaught Place, zona más moderna. Repusimos fuerzas en el restaurante Zen (buena comida oriental) y tras una visita relámpago a la tienda contigua de Fabindia (www.fabindia.com) nos dirigimos a un mercadillo bastante recomendable para quien, como nosotros, tiene poco tiempo para hacer las últimas compras: se llama Dilli Haat (metro INA). Allí, por enésima vez dimos rienda suelta al consumismo y nos gastamos nuestras penúltimas rupias.

Dilli Haat (New Delhi)

Como colofón a nuestro viaje, por la noche nos dimos un homenaje de la mano de un amigo que vive allí (Nacho) y sus amigos que nos llevaron a los sitios más cool de Delhi: restaurante Trishna y bar de copas Blue Parrot (ambos muy chulos). Así pudimos ver la forma en que viven los expatriados… nada que ver con lo que hemos visto en Rajastán.


Como teníamos vuelo tempranísimo, nos retiramos pronto… y así terminó nuestra odisea por la India. ¡¡¡Un auténtico viajazo!!!


Cristina y Tomás.


Día 11. Welcome to the Royal Plaza (9 de Agosto 2012)


04. 30 de la mañana, 9 de agosto……. “Si bárbara es nuestro despertador, hemos quedado en media hora con Javi y Manolo”…sin comentarios….

Así es, después de pasar la noche en Agra, ver el Taj Mahal (sólo puedo decir….impresionante!!) disfrutar de un baño en la piscina del hotel con cervecitas y de una cenita especialmente picante… cuatro de nosotros poníamos rumbo a Nueva Delhi (eso sí, echando ya de menos al resto!!).

A las 5.00 de la mañana, nos esperaba un conductor para llevarnos a la estación de autobuses de Agra (bastante alejada por cierto, de lo que se supone que era la ciudad) con el fin de que pudiésemos coger un bus (si, Manolo se salió con la suya y en lugar de ir hasta Delhi en nuestro cómodo autobús…íbamos a vivir el transporte indio a fondo….) con destino, Nueva Delhi. 

Cómo recordar esa espera (taaaaan eterna!)…..cansancio, agobio, letreros en hindú, “sorry no english”, moscas….muuuuuchas moscassss, asientos ocupados por gente durmiendo, nosotros cargados de maletas y compras (en ese momento, sólo en ese, quise quemar mi colección de pantalones by India…). Menos mal que un hindú residente en España nos hizo de guía en todo momento impidiendo que nos timasen con los precios de los taxis, una vez en Delhi (salvados!). Por delante, unas 3 horas de viaje a 10 grados bajos cero….lo de los aires acondicionados en India es un tema aparte.

Llegamos a Delhi sobre las 11.30 de la mañana aproximadamente y cogimos un taxi con el fin de llegar cuanto antes a nuestro hotel, The Royal Plaza (100% recomendable! http://hoteltheroyalplaza.com/ )….bueno lo de “cuanto antes” es un decir…nuestro taxista no tenía ni pajolera idea de la ubicación de la calle del hotel, Ashoka Road, así que el trayecto nos sirvió como una primera toma de contacto con la ciudad.

Una vez en el hotel, podría deciros que subimos rápidamente a dejar las maletas con el fin de hacer turismo cuanto antes pero….mentiría. Este fue nuestro día de relax. Bárbara y yo nos fuimos a la piscina, a uno de los restaurantes del hotel a comer pizza (bendita comida italiana!) y a dormirrr…otros optaron por piscina y masajes. 

Sobre las 18.00, decidimos irnos a dar una vuelta por Delhi, eso sí, una vuelta con fines exclusivamente comerciales. Fuimos a Khan Market, una zona donde hay bastantes tiendas de todo tipo, de telas, ropa, bisutería…etc, Aunque he de decir que, como experta compradora en India, recomendaría pulir las rupias antes de llegar a Delhi, ya que todo es mucho más caro.

Lo más destacable de Khan Market sin duda para los cuatro fue el Urban Café (y no, no es una tienda),  un restaurante con terraza, música discotequera (incluidos los nuevos hits de Enrique Iglesias) con comida variada (desde india a sushi) y donde puedes pedir sishas de sabores….fue sin duda nuestra bendita perdición!!! De 9 a 1 disfrutamos de una cerveza tras otra, sishas de melón, de fresa, algún ron que otro y… Bárbara yendo a una mesa de indios (IMPRESIONANTES…la chica no es tonta) a pedir recomendaciones de sitios para salir. 

Así acabamos con nuestras pintas y nuestras zapatillas en una de las discotecas más pijas de Delhi, Anidra, en la que los sharis daban paso a vestidos ajustados y mínimos (podéis imaginar las caras de nuestros dos acompañantes), a cubatazos, bailando, sin miedo a morir por culpa de los hielos y entregándonos a la resaca india, desconocida por nosotros hasta el momento. 


Berta.